30/7/07

El poemario de María

Hace unos años María, mi vecina del 5, me entregó en un disquete su poemario creyendo que yo era un literato metido en el mundillo capaz de hacer algo por su publicación. Se equivovó rotundamente, hablé con algunas personas pero todo fue quedando en el olvido.
Pero yo no lo olvidé, siempre estuvo ahí metido en un cajón dispuesto a salir. Ahora voy a aprovechar estos modestos medios informáticos para cumplir con aquella ilusión. Voy a publicárselo en la página de Lulú. Se hará una ciberpresentación a través de este blog con discursos incluidos y un pincheo virtual. Iré informando.
De momento cuelgo algunos poemas suyos:

LA MALETA.

No sé ni como me siento.
Extraña seguro.
Portadora de recuerdos.
Me alimento de la vida de los demás.
Habito siempre el olvido...
Solo importa en mí el hueco que deja mi corazón.
Relleno sintético.
Felicidad de laboratorio.
Se niega el cuero de mi piel a seguir guardando mi vacío.
Yo también tengo derecho a viajar en busca de un sentido.

UN CUENTO.

Cuenta una leyenda que una princesa se cayó de una nube.
La nube era gris.
...Y es mentira, la princesa no se cayó.
Se tiró sin red.
Saltó sin pensar demasiado.
En el vuelo tendría tiempo a inventar su vida.
La velocidad gravitatoria era inexistente, se iba a la luna...
Los arañazos de los recuerdos daban igual ahora.
El príncipe no era más que su angustia.
La princesa nunca llegó al suelo.
Prefirió seguir volando.
Las princesas no necesitan castillos....


DE SURREALISMO.

Acaba de anochecer, un telón negro ha cubierto el cielo.
Una nube sobre las cabezas autómatas de este teatro de la compañía MUNDO.
Entre miles de huellas sin nombre ni dirección, se distingue el desaliento de un corazón.
Un vagón ha descarrilado...
Las almas vagabundas van y vienen.
La soledad camina por un pasillo con ventanas, entre las manos de un muchacho, su cabeza.
Una mujer dibuja una cruz en el aire cuando sale de su casa, que mentira...
Y en el escaparate de enfrente curan los corazones con cebollas.
Ante la incoherencia, un cuerpo se sitúa inmóvil.
Dos ojos huecos se niegan a creer que el motor, inicio y final de su existencia, sea eso que llaman realidad.

PARA QUE ME OLVIDES.

Hago lo que viene en gana, bebo mi wisky con la coca de la cola y viajo colgado de esta luna imaginaria que para mí siempre está llena.
Cada día más perro, y mira que tengo respeto a la especie canina...
He cambiado mi traje de luces por uno que abriga sólo a mi corazón.
Yo que era tan dual me he convertido en único distinguido.
Sólo entre mil multitudes.
Pero acompañado por todo lo que quiero.
Y no eres tú quien pinta ya mi mañana.
Tampoco tú, quien ocupa mi cajón.
Ahora soy yo, dueño y caballero de mis besos.
Misterioso señor oscuro.
Yo lo he conseguido.
Tú no.
Qué solitario es tu recuerdo ahora para mí.
Y que triste ese aliento alcohólico...
Me voy, tengo un lienzo nuevo que pintar.

PARA LA REINA VAGABUNDA

Las calles de Oviedo esconden mil secretos.
Lugares que tienen rincones de paz.
Miradas que nos hacen vivir.
Yo conozco a una mujer.
Reina medieval.
Artista de tinta azul.
Capaz de convertir el blanco impoluto en un juego de color.
Horas que pasan dibujadas sobre el escalón de cualquier acera.
Minutos de una vida silenciosa.
Ella es feliz.
Lo dicen sus ojos cuando los miro sin que me vean.
Nunca me lo ha dicho pero sé que tiene dos amores.
Los niños y las palomas.
¿De qué hablará su corazón?
Yo me sentaría junto a ella una tarde entera.
Y no le preguntaría nada.
A veces las palabras sobran...

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