16/11/23

Pedro Sánchez en defensa de la alegría.

Sin lugar a dudas, viendo lo acontecido en los últimos días, el "Perro Sanxe" nos ha traído la alegría. Una defensa de la felicidad frente a la crispación, la furia y la bilis mal encarada, de una parte que no asume los resultados electorales y las fórmulas democráticas cuando no están a su favor. Y que quiere encerrar a la España que no piensa como ellos, en el campo de concentración de la desesperanza. Dentro de un país uniforme, apagado, negro y sin salida.

Son l@s de siempre, pero cada vez más radicalizados. Esgrimiendo la capa, la espada y el aguilucho, algunas veces presente, otras en forma de hueco en la bandera. Joder, me gustaría haberlos visto recortarla. Seguro que compraron las tijeras en la misma tienda de chinos que la bandera.

Esta defensa de la alegría era necesaria. Ahora bien, supone un alto coste. Le espera un legislatura con gran desgaste. El caradura de Puigdemont no lo pondrá fácil y, tarde o temprano, también repercutirá en la gente( en su bolsillu, dicen).

De momento unos y otros ¡¡qué nos quiten lo bailao!!


Defender la alegría como una trinchera

defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables

de las ausencias transitorias

y las definitivas


defender la alegría como un principio

defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones

de las dulces infamias

y los graves diagnósticos


defender la alegría como una bandera

defenderla del rayo y la melancolía

de los ingenuos y de los canallas

de la retórica y los paros cardiacos

de las endemias y las academias


defender la alegría como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas

de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres


defender la alegría como una certeza

defenderla del óxido y la roña

de la famosa pátina del tiempo

del relente y del oportunismo

de los proxenetas de la risa


defender la alegría como un derecho

defenderla de dios y del invierno

de las mayúsculas y de la muerte

de los apellidos y las lástimas

del azar

y también de la alegría.

Defensa de la alegría. Mario Benedetti.