El discurso oficial de Barbón no ayudó mucho. Aunque siempre alentó a la prudencia y a no bajar la guardia, se vendió a la región como ejemplo ante el Covid. Entraron en guerras absurdas con Ayuso de política nacional. Esto hizo que la gente se confiara más de la cuenta. El peligro estaba en el turismo y no en nosotros, se pensaba.
Se demuestra que el virus es impredecible y toda precaución es poca. Sin culpar a la hostelería, pero lo más sensato es su cierre hasta que la curva disminuya. No podemos depender de una economía de chigre.
En esta guerra de datos, Uviéu sale mejor parada que Xixón. Desde ciertos medios y sectores políticos siempre se intenta utilizar los datos para atribuir a Uviéu un peor desarrollo de la crisis. Pero no es así. Además no es el momento de entrar en ese tipo de debates, como pasó a Barbón con Ayuso.