Puto Franco y peor aún sus fantasmas. El Valle de los Caídos, hace mucho tiempo que debería de haber sido un monumento y un recuerdo a las víctimas de la Guerra Civil sin distinción. Los restos de Franco tendrían que haber sido depositados en algún templo masónico catalán para escarnio del dictador o como señala el meme, darle un paseíto en una carroza del Orgullo Gay al lado de un negro/a vasco, comunista y musulmán, que tendrá que haberlo, digo yo.
Años de retraso, como atrasada es nuestra democracia y sociedad. Lo peor de Franco son sus fantasmas que todavía ululan por parlamentos e instituciones. Águilas bajo el disfraz de gaviotas o naranjas.
24/8/18
4/8/18
Roma, ciudad eterna
Aunque todos los caminos conducen a Roma, el más corto para mí
fue coger el vuelo de Rayanair desde Santander, tras los días de
huelga de la compañía. Como a la Ciudad Eterna siempre se vuelve, es la segunda vez que
la visito ya. Después del verano fresco y con orbayu en Asturies fue
un contraste tremendo encontrarse con el calor romano, que llegaba a
los 35º. Aún así, ayudado por la brisa, fue un verdadero placer
pasear de nuevo por sus calles.
Mas no importa: aunque inexorablemente deba la rosa rápida morir,
ella misma prolonga su vida con los nuevos brotes.
Estos brotes los hallaremos en la eternidad de Roma, seguro.
Los rastros de la más colosal
ciudad que el ser humano construyó en la antigüedad, siguen
presentes y cerrando los ojos puedes trasladarte fácilmente a
aquella época imperial. El esplendor y magnificencia de antaño,
creo que se reflejan en dos puntos de construcción moderna, el
Vaticano, cuna del poder papal y en el Palacio Venecia, símbolo
nacional italiano.
Las hordas de bárbaros actuales
somos los turistas alemanes, chinos, ingleses, rusos... y algún
asturianín capitalino que invadimos la ciudad para nuestro disfrute.
El poeta romano Décimo Magno Ausonio (310-h.393 d.C.) en su poema
De rosis nascentibus, escribe un poema sobre la fugacidad de la vida,
pero uno/a misma debe seguir reinventándose y vivir como una
rosa al que le crecen nuevos tallos.
Mas no importa: aunque inexorablemente deba la rosa rápida morir,
ella misma prolonga su vida con los nuevos brotes.
Estos brotes los hallaremos en la eternidad de Roma, seguro.
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