30/7/08

Campeonato del mundo de Bateo de Oro en Navelgas


Pinchín, mascota del campeonato

Este pasado fin de semana se disputó en la localidad asturiana de Navelgas el Campeonato Mundial de Bateo de Oro. Se dieron cita participantes de numerosos países algunos de ellos millonarios buscadores de oro propietarios de suculentas minas.
En Navelgas algo de oro hay pero no el suficiente, según señalan los lugareños, como para hacerse rico. La búsqueda del preciado metal es más una actividad lúdica que otra cosa . Existe un interesante museo del oro y una asociación que desde hace tiempo participa y promueve este tipo de eventos.

La mascota del campeonato fue el erizo Pinchín. Precisamente de la página del museo (http://www.museodeloro.es/) extraje su historia, un inocente cuento infantil que transcribo. Más inocencia debería haber en el mundo y en las personas y no tanta envidia, resentimiento y frustración.

“Pinchín tiene patas cortas y un aspecto rechoncho, pero lo que más llama la atención es la cantidad de púas que tiene en su espalda. Pinchín duerme hecho una bola entre las raíces de un árbol, aunque tiene una gran barriga es muy flexible.

El erizo es un buen andarín y también un buen nadador. Fue nadando una mañana en el río de Navelgas, cuando descubrió algo que llamaba mucho su atención. Era algo muy muy brillante. Preguntó a sus padres si ellos sabían lo que era aquello. Sus padres temerosos le dijeron que no lo tocara por si acaso aquellas piedras brillantes pudieran hacerle daño. Pasaron los días y Pinchín no podía olvidar lo que había visto en el río, así que otra mañana, cuando su familia se había ido a buscar alimento, decidió acercarse de nuevo al río. Cuando estaba llegando, vio a lo lejos unos niños metidos en él. Pinchín aunque tenía miedo los humanos, se acerco más. Los niños tenían en las manos unos platos muy grandes que metían en el agua, los cubrían de arena y sacaban de ella las piedras brillantes que tanto le habían sorprendido.
-¿ Perooooo?.¿¿¿Qué es eso?????? ? gritó Pinchín.
Los niños, al oírle miraron hacia él y se empezaron a reír.
- ¿Esto es oro? - le dijeron ¿Quieres verlo? Acércate.-
Y Pinchín, aún temiendo todo aquello, se acerco.
Los niños le explicaron que estaban sacando oro, que el oro era un metal y que era de las cosas más preciadas del mundo. Le explicaron también que los platos que tenían entre las manos se llamaban bateas, y eran las mejores herramientas para buscar el oro. Desde ese día Pinchín, cogió la batea y no la suelta. Nos ha acompañado a todos los campeonatos alrededor del mundo y es, hoy en día, el mejor embajador de nuestro deporte.”

5 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya, vaya, vaya, así que resulta que el libertario y excremental David Suárez es, además, un censor que elimina los comentarios que no le bailan el agua o le critican... Si es que, al final, ninguna máscara queda en la cara de los impostores,y mucho menos si arrastran frustraciones e impotencias varias.
P. Mont.

David Suárez Suarón dijo...

Jejejeje.Eres lo mejor que pasó por este blog.Felicidades por tus comentarios.Tienes toda la razón.Gracias a ti la gente puede darse cuenta de quién soy. Me alegro así ya puedo dejar de fingir.
Soy un impostor, un frustrado sin taleto.
¡Vale gallu!
Abrazos

Guaje Merucu dijo...

Quien queda retratada es la frustración, impotencia y cobardía ("varia") del anonimato, compañeru

Anónimo dijo...

No te han llamado ni impostor ni frustrado. Solo te han llamado comunista y cagón. Lo primero es optativo, lo segundo, lo eres por güevos... por lo tanto no sé por qué te ofendes. Por otra parte todos arrastramos frustraciones e impotencias... de diversa índole... el anónimo ese tirará la primera piedra... pero le caerá en tol ojo... seguro.

David Suárez Suarón dijo...

Es verdad.