He aquí un poema bakuba que tiene su origen en los pueblos del Congo central:
No hay aguja sin punta penetrante.
No hay navaja sin hoja afilada.
La muerte llega a nosotros de muchas formas.
Con nuestros pies andamos por la tierra del chivo.
Con nuestras manos tocamos el cielo de Dios.
Algún día futuro, en el calor del mediodía,
seré llevado en hombros
a través del pueblo de los muertos.
Cuando muera, no me entierren bajo los árboles del bosque,
le temo a sus espinas.
Cuando muera, no me entierren bajo los árboles del bosque,
le temo al agua que gotea.
Entiérrenme bajo los grandes árboles umbrosos del mercado.
Quiero escuchar los tambores tocando.
Quiero sentir los pies de los que bailan.
5 comentarios:
Y cuando muera,
encima de mi solo quiero tierra.
Y algunos frutales,
que sus tiernas raices
me abrazen y me comprendan
(Josele Santiago)
Otra opción.Saludos
Me encanta este poema, suarón, gracias por ponerlo. Los dos últimos versos nos muestran cómo es el pueblo africano, pues, y a pesar de todo, la música les hace libres, va más allá de lo que escuchan sus oídos, trasciende a la muerte, siempre ha sido así.
Besitos
Me alegro. Besos. Tienes razón n eso que dices. Mañana te subo la nueva entrega a ver si te sorprende jejejj
en realida lo escribió Africano Botas de las Sabanas, pero en su humildad de hiena tiñosa, quiso que no se supiese
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