(Homenaje a Poe)
Mi abuelo marinero pescó un ángel negro.
Una vez disecado, lo puso en un altar
para que le rogásemos una buena costera.
Pero yo, aunque pequeño, le recité poemas
que estaban dedicados a mi primer amor.
Un día el ángel negro se precipitó al suelo
y se hizo pedazos, que utilizó mi abuelo
cual reclamo de peces, como un talismán.
Llegaron las jornadas fructíferas de pesca.
Pero yo, por mi parte, me declaré a una joven,
y al poco de acostarnos, al rozarle la espalda,
noté que le salían unas plumas oscuras
y su boca, hedionda, pronunció un "nevermor".
Pelayo Fueyo("Títeres de duermevela" Ed. DIFÁCIL 2015)
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