¿QUÉ, CÓMO?
Ya tienes cuarenta años. Ya te puedes morir
de cualquier cosa, sin que a nadie le extrañe
demasiado. Ya has vivido -aunque no
te lo parezca-, lo mejor. Se finí para ti
el baile, amigo. Ya has firmado. Visto estás
para sentencia. Ya no te salva ni Dios.
Karmelo C. Iribarren
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