El conocido dicho de “la jodienda no tiene enmienda”, encuentra su
reafirmación en esta décima de Vargas Ponce (1760-1821):
Joded, felices humanos,
Sin que nada os
alborote,
Y en cansándose el virote
Joded con lengua y con
manos.
A moralistas tiranos
Dejadlos en su quimera;
A fé que si yo pudiera
Me transformara en un nabo
Inmenso, y de cabo á rabo
Cien mil veces más jodiera.
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