Confesiones

Acabo de llegar a casa. Primero fuimos por la calle de los vinos en Oviedo que es Manuel Pedregal. Antes lo que primaban eran las sidrerías pero el ir de vinos se fue implantando. A mi me sientan bien, la sidra deja más resaca. De vez en cuando presta pillala a sidra pero reconozco que los vinos "españoles" a la larga sientan mejor. Yo no me siento español pero acepto a España como estado. Salí con mi novia pero luego fueron llegando colegas y alguno con novia. Cenamos en El Rebote dan unas croquetas espectaculares.Luego fuimos a la Calleja, La antigua Estación y el Cícero. Hace unos años estaría por ahí bebiendo y reventando paredes pero las circunstancias te obligan a cambiar un poco de vida. En ese último bar rescato tres cosas en primer lugar animado al gran escritor JG que publique sus escritos. Es mucho mejor que la gran mayoría del panorama asturiano que lo único que sabe hacer es juntar letras y haceeer muuuucho la pelota a diestro y siniestro y andar como si la sociedad les debiese una especie de Cervantes o de Nobel o de un puto Tigre Juan. No os debemos nada, joder. Sólo que este escritor escribe y guarda sus escritos y no se dedica a ir dando la parpayuela y lucir el palmito a diestro y siniestro en una bacanal de patetismo para que a lo sumo las editoriales regentadas por put@s fascistas les publiquen una migaja de libro que a lo sumo venderá en corruptas bibliotecas pagadas con dinero público.

Y con ésto no quiero que se den por aludid@s la buena gente que hay también.

Luego hablamos de la posibilidad de adquirir por Internet cianuro para consumo propio y para el futuro. Y otra, más personal, es que me identifico totalmente con el grupo La fuga aunque ya me pilla entrado en los treinta