Últimamente experimento con el surrealismo, tengo escritos bastantes poemas, supongo que la fiebre se me pasará pronto. He aquí uno de ellos:
En el chato de la libélula un hombre habla de justicia,
porta libros sobre la verdad y el alcornoque.
Grita en sueños y se corre en el pijama
de xilófono y mantecado de zinc.
Nos llama a tod@s a que acudamos
al aborto de sien y oro.
Grita esperanza a los cuatro costados de tu cintura.
Es primavera en el cine y la sesión de las 14h
comenzó con susurros de regaliz y entelequia.
El hombre se rasga su piel de sardina,
muestra la pancarta a la muchedumbre.
El aliento de un oso hace tambalear la estancia
y la palabra esperanza rezuma alcachofas
en la curva de los espejos.
Tod@s han frito un huevo
con el calor de los Mosqueperros.
Alicia y el gentleman discuten
variantes a la nueva apertura azteca.
Mañana todo será distinto
en el pozo donde yace la abuela.
David Suárez, Suarón
Por otro lado gracias a la cibereditorial LULU se pueden leer ya los poemarios Cacharros malversos y Alcantarillas sin necesidad de descarga ni subvención. Tan sólo pinchando en el enlace que tengo a la derecha aparece una pantalla para la lectura, al igual que en google books. Tengo que subir El blog de Drácula pero al ser un libro artístico creo que hay que escanearlo primero.
12 comentarios:
está muy bien, se corre en el pijama me ha recordado mi olvidada pubertad surrealista, polución nocturna soñando con un cuadro de Dorotea Tannig.
Doroteo Tannig Natchmusic
Gracies, yo todavía tengo mucho de adolescente
Uf...pues a mí el surrealismo aún no se me ha pasado...será un virus incurable??
Chulo el poema :)
Bxuss!
Enero. Sus últimas
estancias. El sol
está más alto.
Alguna lagartija asoma
entre los setos.
Brotan ya los narcisos
con la misma pasión que un día
sentí sobre mi cuerpo.
Respiro hondo. Rejuvenezco
un poco y siento
-qué contradicción dulce-
que envejezco.
En el chato de la libélula un hombre habla de justicia,
porta libros sobre la verdad y el alcornoque.
Grita en sueños y se corre en el pijama
de xilófono y mantecado de zinc.
Nos llama a tod@s a que acudamos
al aborto de sien y oro.
Grita esperanza a los cuatro costados de tu cintura.
Es primavera en el cine y la sesión de las 14h
comenzó con susurros de regaliz y entelequia.
El hombre se rasga su piel de sardina,
muestra la pancarta a la muchedumbre.
El aliento de un oso hace tambalear la estancia
y la palabra esperanza rezuma alcachofas
en la curva de los espejos.
Tod@s han frito un huevo
con el calor de los Mosqueperros.
Alicia y el gentleman discuten
variantes a la nueva apertura azteca.
Mañana todo será distinto
en el pozo donde yace la abuela.
Consejo: dedica tus esfuerzos a las esquelas que son más fáciles de escribir: tienes plantilla y no te sales del marco. Eres malo hasta para LULU.
VOYONS CES PETITS BOTTINS
UN RINOOCERONTE BLASCOIBAÑEZ
MIENTRAS TODOS SE CORREN EN EL PIJAMA
ENTRE TRE TRE TUS TRES MUSLOS DE HORTIGA
DE MENÚ GRIS ABSTINENCIA
AY COÑO !!
OSCURO Y PLATA MIENTRAS TANTO
Y LÍQUIDO DE CALABOZO.
(pierre bottes de prévert)
Enero. Sus últimas
estancias. El sol
está más alto.
Alguna lagartija asoma
entre los setos.
Brotan ya los narcisos
con la misma pasión que un día
sentí sobre mi cuerpo.
Respiro hondo. Rejuvenezco
un poco y siento
-qué contradicción dulce-
que envejezco.
Enero. Sus últimas
estancias. El sol
está más alto.
Alguna lagartija asoma
entre los setos.
Brotan ya los narcisos
con la misma pasión que un día
sentí sobre mi cuerpo.
Respiro hondo. Rejuvenezco
un poco y siento
-qué contradicción dulce-
que envejezco.
Enero. Sus últimas
estancias. El sol
está más alto.
Alguna lagartija asoma
entre los setos.
Brotan ya los narcisos
con la misma pasión que un día
sentí sobre mi cuerpo.
Respiro hondo. Rejuvenezco
un poco y siento
-qué contradicción dulce-
que envejezco.
Ada: Bxuss, pues supongo que es una enfermedad crónica, aunque la puedas atenuar siempre estará latente dispuesta a salir.
Anónimo 3: Se ve que no entiendes de literatura, si quieres puedes apuntarte a mi taller literario por sólo 120 euros al mes para aprender. El primer ejercicio te lo regalo, te será muy fácil:
Redactar una crónica-relato con
esquela del asesinato de FEDERICO GARCÍA LORCA
Pierre: Gran poema mojadito
ESCENA DE CASA
Y es que aunque nada puede
detenerse,
he sido tan feliz que es suficiente. Bajo
la tarde, aquí, recuerdo
ahora
la vida transcurriendo
como fruta brillante. Las fieles golondrinas
girando hasta la cuadra y el olor
de la hierba.
-Mi madre era tan joven...-
Existió todo en mí. El cariño y la infancia
como un pan abundante,
los rayos del verano entrando
hasta la siesta. El nombre los pájaros,
su canto. Las luciérnagas,
su silencio encendido sobre las noches
largas.
Ha sido tan verdad que ya es bastante.
Más allá, los postes de la luz,
los maizales,
y el mundo se acababa.
ACCIÓN DE GRACIAS
Me ha costado mis años
llegar a escribir
soy
siento.
Estoy aquí y percibo
la grandeza del día,
su dimensión azul,
mi transparencia.
Se lo debo a los nombres
que tanto me llamaron.
Se lo debo a la infancia
y a su fosforescencia.
Se lo debo a los árboles
que crecieron conmigo.
Y a los versos que un hombre,
pastor en Orihuela,
dejó sobre la vida,
llegaron a mis manos,
giraron en mis ojos,
filtraron en mi voz.
Y, corazón arriba,
reconocimos juntos
la belleza.
ÁREA DE PRIORIDADES
De nada vale decir
aquí estoy yo,
gobierno y mando,
si al pasar por Castilla
y ver el sol crujiendo tras
los olmos,
uno no sabe dar gracias a Machado.
De nada sirve
montar revoluciones, modernizar
las leyes,
si al entrar en Moguer y abrir sus muros
blancos,
uno no escucha, como un geranio púrpura,
la voz en los balcones de Juan Ramón
Jiménez.
Muy poco importa
marcharse tan de prisa a tantas partes
a todas a ninguna,
sin pararse una vez, y al coger nuevo
aliento y mirar el camino,
sentir sobre la piel: Palabras
para Julia.
Sin duda alguna,
España no va bien, como el resto
del mundo y el fondo de la vida.
Necesitamos agua, pan, un poco
de esperanza. Y poesía.
EL VENENO AGRIDULCE DE LA VIDA
Ganar, abrir, cerrar,
perder. Hoy el encuentro
feliz. Mañana la despedida.
Todo es lo mismo
y contrario. Como la luna
y el día. Todo de luz y de
sombra. Como una noche
muy llena y una casa
tan vacía.
Tomo un sorbo. Reconozco la fe.
Amargamente sonrío:
dulce veneno, la vida.
DESHIELO
Enero. Sus últimas
estancias. El sol
está más alto.
Alguna lagartija asoma
entre los setos.
Brotan ya los narcisos
con la misma pasión que un día
sentí sobre mi cuerpo.
Respiro hondo. Rejuvenezco
un poco y siento
-qué contradicción dulce-
que envejezco.
REPETICIÓN DE UN DÍA
Esta mañana -julio, sol, silencio-,
amargamente hermosa, la he vivido
hace tiempo. No sé dónde
ni cuándo.
Los gatos a la sombra del castaño,
espejismos de fuego en los caminos,
la vida inabarcable y el eco intermitente
de un tractor a lo lejos.
No sé dónde ni cuándo. O todo
era más hondo o yo no soy
el mismo.
(Inéditos en castellano)
ARGOS
Los caseros no atienden a sus ojos,
pero detrás de sus negras pestañas
oculta una tristeza tan redonda
que apenas le permite la mirada.
Por eso algunas veces con la cola,
cuando escucha el sigilo de las vacas,
dibuja sobre el barro en que reposa
retazos de impotencia y de desgana.
Y poco a poco el giro de las moscas
que rondan sobre él noche y mañana,
le han dado un parecido con las cosas
que a la muerte se pudren olvidadas.
Su hocico respingón ya tiene forma
del aullido más último del alma,
y de aquella nariz de caracola
tan única en los rastros de la caza,
cuelga la transparencia de una gota
que ya no puede secarse con la pata.
Y aunque sigue esperando, de su boca
sale de vez en cuando esa palabra
con que expresan los perros su derrota;
y lloriquea y cae y se levanta...
(De Poemas del Álbum amarillo)
USTED seguro que ha sentido vergüenza alguna vez
al decir que en su cuarto caía una gotera
o que su pobre madre le hacía el bocadillo
siempre de natas con azúcar
-son cosas de la vida-.
Confieso que en mi casa el olor a humedad
era casi entrañable
y todos los domingos se comían garbanzos,
salvo en alguna fecha señalada.
Que lloré muchas veces por no querer llevar
los jerseys con coderas
o no tener un lápiz con enanito arriba.
Confieso que la ropa nos la daban los primos
que ahora son albañiles
y que nuestra familia se rompió por la herencia
de unos metros cuadrados de baldosas con taras
-son cosas de la vida-.
Que, a escondidas de todos y hasta los siete años,
tuve el chupete debajo de la almohada.
Confieso que los míos son personas sencillas:
usted sospecha que hablo de un padre que no sabe
lavarse bien los dientes,
de una mujer que escribe con mala ortografía,
de unos hermanos fieles como la misma sangre
y una casa que huele, cada vez que entro en ella,
a las húmedas manos de la melancolía.
Confieso que he nacido donde hubiera elegido
por encima de todo
cada vez que naciera.
(De La hora de las gaviotas)
YO también masticaba la cal de las paredes
en las tardes de agosto
y creía que sólo se moría en invierno
y no entendía por qué cada vuelta del mundo envejecía a mi madre
Estuve enamorado de una araña grandísima que vivía en una grieta
de la puerta
y hacía competiciones de gusanos.
El cielo me parecía una carpa gigante
y cuando vi pasar los primeros aviones los ojos se me abrieron
como dos libertades.
Mi padre me enseñó a comprender el viento,
a predecir la lluvia en la piel de los árboles
y por eso he tenido siempre miedo al futuro.
De pequeño, además, yo quería ser gitano
para tener un burro, entre otras muchas cosas,
y caminar descalzo.
Pero la vida nunca acepta nuestros ruegos
y me gustó el latín no sé por qué motivo
y aquí estoy ensañando lo que a veces no entiendo.
¿Qué voy a decir yo de la palabra hombre?,
¿cómo puedo explicar que para que haya historia
hubo que desde siempre ir matando o muriendo?
Conseguí ser mayor y me quité estos vicios a pesar de mí mismo:
y me conformo y callo y voy tirando
y echo de menos mucho la araña de la grieta
y el olor de la cal me es como de familia.
Aprendí, como todos, a amar lo que no amo,
y a hacer, según la norma, lo que todos hacían.
(De La hora de las gaviotas)
ARQUITECTURA DE LAS RUINAS
Antigüedad
mujer hermosa
con ojos pompeyanos
que lleva cestos
de sombra
hasta las viñas
Mar
que se mira
en un espejo
y se serena
antes de que
la vean
amanecer las naves
orgullosas
Mujer
lanceolada
con los pechos
en púrpura
que visita
los templos
y pestañean
las lámparas
de aceite
Cintura de la juventud
de la columnas
melancolía
de la flor de
la manzanilla
que te hace
aniversarios
en latín
al lado
de las losas
Mujer
vestida de ceniza
y rayo de luna
que en la noche
te han visto llorar
sobre un mosaico
Pasabas
levemente
los dedos
por la desvanecida
sonrisa
de los padres
queridos.
(De Nadie responde)
SUEÑO DE LA RAZÓN OSCURA
Qué más quisiera yo
que ver desde los montes
el animal del tiempo.
Ser el reverso de la sombra.
El huésped más agraz de las luciérnagas.
El viaje más fundible de los túneles.
El ritmo artesanal del corazón.
El invertebrado rojo de la llama.
Qué más quisiera yo
que ser el viejo perro del coraje
y asustar a la muerte
cuando viene a buscaros.
(De Nadie responde)
CASI siempre era en mayo. Cuando estaban aún
muy verdes las ciruelas
llegaba la estación de los gitanos.
Buscaban el abrigo y extendían sus trastos y sus lonas
donde sonaba el agua y asomaban los lirios.
Eran como el terreno, solitarios, nocturnos.
A ellos les gustaba buscar en la escombrera. Ellas
pedían patatas y gallinas.
La vida, desde allí, me olía como el humo.
Marcharon de repente. Fue un año de chubascos.
Dejaron zapatos y vasijas, vestidos y unas brasas.
La Estrella iba echada tosiendo en la carreta.
Pascasio, el burro gris, apenas se movía.
Y en un árbol atada, comida por las moscas,
quedó ladrando, hasta su fin, la Cáscara.
(De Nada)
Para Nori
ENTONCES la inocencia.
Entonces yo metía la soledad en botes
y bajaba rodando por los prados en cuesta
y disecaba insectos en cajas de cerillas
y entendía la muerte como el final de un cuento
y esperaba la lluvia con las botas de goma
y me hacía feliz estrenar las libretas.
Entonces me escapaba muchas tardes de casa
y me subía a los pinos y vendía las piñas
y nunca había visto de verdad girasoles
y me parecía lejos lo que estaba muy cerca.
Entonces me sabía entero el Catecismo
pero no me gustaba tener que entrar a misa
y estrenaba por Pascua sandalias y bombachos
y estrenaba en Difuntos pantalones de felpa.
Entonces ya admiraba qué libres son los pájaros
y no quería ir siempre por los mismos caminos.
Entonces no me daban respingo las noticias
ni asco los gusanos ni miedo las culebras
angustia ningún peso.
Entonces, la inocencia.
(De Nada)
NUNCA hice daño a nadie
-que yo sepa-;
ni me importó la vida
de los otros.
Si me pidieron algo abrí
los brazos.
Me equivoqué a menudo
y me equivoco.
Escuché. Puse llave
a dudas y secretos.
Deudas, alguna que otra,
la más grande conmigo.
No me conozco.
Muchas veces me dicen
que siempre estoy
rodeado
de gente..., sí,
y a veces
de tanta multitud
me encuentro más que
solo.
Fumo más de la cuenta
y entro y salgo,
saludo a muchas caras...
Amigos, lo que se llama
amigos,
tengo pocos.
Lloro cuando no puedo
resistir el dolor,
pero me suele hundir
cualquier mal trago
o un simple día de otoño.
Por lo demás
ya veis:
a la vida le pido
lo mismo, al fin
y al cabo, que
vosotros:
que me deje vivir,
pero mientras yo pueda
hacerme cargo.
Por lo demás,
ya saben:
lo que me gusta
ver
lo miro y a la cara.
A lo que no me va
cierro los ojos.
(De Nada)
UN vómito de sangre
mató a mi abuela;
estaba en la cocina, cardando
lana, y cayó como un pájaro.
Mi abuelo navegaba y cuando un día
arribó
se colgó de una viga.
Murió loco de pena, se comentaba.
Dicen los que lo vieron
aquellas tardes
que orinaba en las manos y se reía,
y se arrancaba el pelo y se reía,
y comía las hojas de la higuera.
Y que compró jilgueros y malvises
y gallinas y gallos
y que tapió las puertas y ventanas
y se encerró... y nada,
se colgó de la viga.
Mi abuela era muy joven;
dejó a mi madre
con cuatro años cumplidos
y a su hermano de seis,
Aurelio, como yo,
a quien, hacia los treinta,
le reventó la aorta. No sufrió
apenas.
A mi madre la sangre
le dio siempre también bastante
guerra.
Que nada..., como
suele decirse, en esta
puta vida
una pena se cura con otra
pena
y una herida se cierra
con otra herida.
(De Nada)
CUANTO más tarde sepas
que el fuego acaba en
humo.
Cuanto más tarde veas
que el humo es verdad
muerta.
Cuanto más tarde sientas
que la muerte está en
todo.
Cuanto más tarde admitas
que todo es nada
apenas...
Mejor...
Siempre será muy pronto.
Perder la fe es tan triste...
Como quedarse ciego y no esperar
la luz
por mucho
y más
y mucho que amanezca.
(De Nada)
TODA la vida hablando
del amor
y no conozco más que el humo
y la ceniza:
sus metáforas.
(De Nada)
Poema de José Bergamín, dedicado al anónimo a ver si empieza a discernir (calidad vs. cantidad)
"En las formas de las horas/que son cristales del tiempo" (CALDERÓN)
Invierno, tu alegría
desnuda de esperanza y de recuerdo
la forma de las horas, cuando hiela
sus cristales el tiempo.
Un blanco sol de niebla transparente,
de luminoso sueño
el alma, desvelada en los sentidos
da luz al pensamiento.
Piensa que sueña el alma, suspendida
de esa inmovil presencia del momento
como si en un instante transtornara
lo mudable en eterno.
por la transcripción: iñigo b.
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