parte 1
parte 2
y parte 3
Ali Agca nació en 1958 en el seno de una familia humilde de un suburbio de la provincia turca de Malatia. Se ganaba la vida vendiendo agua y recogiendo restos de carbón en las estaciones de trenes y pronto empezó a simpatizar con organizaciones de extrema derecha, como los Lobos Grises, dependientes del partido Movimiento Nacional del coronel Aspaslan Turkes. De allí pasó a integrar grupos terroristas palestinos.
Tras cometer varios delitos en Malatia partió hacia Estambul donde, con documentos falsos, se matriculó para realizar estudios superiores.
Su historia delictiva siguió adelante y, el 1 de febrero de 1979, se le atribuyó el asesinato del periodista liberal turco Abdi Ipekci, director del diario Milliet.
Agca, que había recibido el encargo de su partido, fue detenido por este crimen. Reconoció su culpa, pero el 23 de noviembre de ese año, antes de que se dictara sentencia de muerte en rebeldía, se fugó de la cárcel de Kartal Maltepe, al sudeste de Estambul. Era el centro penitenciario más seguro del país.
Huida por Europa hasta llegar a Roma
En julio de 1980 atravesó Bulgaria huyendo de la justicia turca. Su huida, con pasaporte falso, le llevó a la República Federal de Alemania, Italia, Suiza, España y Túnez.
Su destino final fue la plaza de San Pedro, en el Vaticano, donde el 13 de mayo de 1981 disparó al Papa Juan Pablo II con una pistola Browning de nueve milímetros. Le hirió de gravedad en el abdomen cuando se disponía a celebrar su audiencia general de los miércoles.
Agca fue detenido y, además del arma, se halló en su bolsillo una nota escrita en turco que decía: "Yo, Agca, he matado al Papa para que el mundo pueda saber que hay miles de víctimas del imperialismo". En julio de 1981 fue condenado a cadena perpetua y a la pena especial de "aislamiento" por un tribunal italiano.
"Rezo por el hermano que me ha disparado, a quien he perdonado"
Juan Pablo II, mayo de 1981
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En 1985 se inició en Roma el juicio sobre una presunta conspiración internacional en el atentado contra el Pontífice. Se pensaba que la KGB había instigado a los compañeros búlgaros para organizar el magnicidio. sinn embargo, la ausencia de pruebas y testimonios se impuso a todas las especulaciones.
Agca, único condenado en el proceso, no dudó en vincular el asesinato con el tercer secreto de la Virgen de Fátima y mostrarse como un "predestinado". Y es que el 13 de mayo era el día de la Virgen de Fátima y el Papa, profundamente convencido de haberse salvado gracias a un milagro, hizo colocar en el santuario de Fátima la bala que le había atravesado el cuerpo. Después se desveló que las notas de sor Lucía, que tuvo la dicha de contemplar a la Virgen de Fátima 80 años antes y conocer sus tres secretos, estaba escrito el intento de asesinato del Papa.
El perdón del Papa
Agca, de confesión musulmana, declaró ser "el instrumento inconsciente de un plan misterioso", que nunca ha quedado aclarado. La condena dictada por el tribunal le llevó a las prisiones italianas de Rebibbia, donde el 27 de diciembre de 1983 recibió la visita de Juan Pablo II; Ascolano, Marino del Tronto y Ancona. Los diez primeros años estuvo en régimen de aislamiento y vigilancia especial.
En uno de los episodios más destacados de su singular historia, el turno Agca obtuvo clemencia del Sumo Pontífice. Lo hizo en dos ocasiones. La primera, el 17 de mayo de 1981, cuatro días después del atentado, cuando un Juan Pablo II convaleciente en el hospital "Policlínico Gemelli" manifestaba: "Rezo por el hermano que me ha disparado, a quien sinceramente he perdonado".
Agca recibió la visita del Papa en la cárcel en 1983.
La segunda fue en 1983, cuando recibió la visita del Papa en la cárcel. Hablaron cara a cara y en actitud casi confidencial durante 18 minutos.
En mayo de 1989 el Tribunal de Ancona redujo en casi dos años la pena de cárcel por buena conducta. En junio de 2000, un mes después de que el Vaticano revelara el tercer secreto de Fátima, Alí Agca obtenía el indulto del presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, a la vez que el ministro de Justicia Piero Fassino concedía su extradición a Turquía, donde debía cumplir varias penas por delitos cometidos antes de 1981. Entre ellos, el asesinato del periodista Abdi Ipekci.
Por este delito, Agca había sido condenado a muerte en ausencia, pero tras la amnistía se le redujo la pena a diez años de prisión.
Desde el 14 de junio de ese año, Alí Agca ha cumplido condena en la prisión de Kartal, un penal especial situado en la zona asiática de Estambul, que acoge a los criminales más peligrosos. El 18 de diciembre de 2000 fue condenado por robos en un taxi y en una fábrica de refrescos cometidos hace unos 20 años. El 8 de enero de 2006, un tribunal turco decidió ponerle en libertad.
Durante los más de 20 años que ha pasado en prisión, el turno ha tenido tiempo para mudar de conducta y de creencias religiosas. Incluso pidió asistir al funeral de Juan Pablo II. "Participo en el luto de mi pueblo cristiano católico", dijo en una carta enviada desde su celda, que firmó como "Mehmet Ali Agca, el servidor del Mesías.
Artículo extraído del diario "El Mundo"
6 comentarios:
Menudu chifláu
Vaya brasa, poeta... queremos fotos antgiuas ;-)
Jeeje.Mañana pongo fotos vieyes
Suarón poeta de jabugo y pezuña negra jejejejejejeje
Jeeje. Jamón de Jabugo en paté.
Las fotos vieyas esta semana
....Aún existen los videos me hubiera gustado poder verlos saludos...es que expondré un tema sobre el "perdón"..lástima que ya no aparecen
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