15/1/08

El anochecer de los violines

Es duro encontrarse frente al espejo
y entreveer el monstruo,
pensar que tienes un revolver
en la mesita de la habitación
y pos-it con nombres escritos.

Es duro darse cuenta
de que el círculo se cierra
y el futuro sólo tiene dos escenas:
un charco de sangre
al lado de mi cadáver
o la monotonía de una celda.

Es duro mirar atrás
y descubrir los errores,
demasiados errores
que conducen a una única salida,
el sonido de los violines,
el traje negro, la maleta y la chistera
y la mágica noche de mi venganza.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

entreveer ¿qué ye?

David Suárez Suarón dijo...

Quizá el tartamudear frente al espejo. Sí, una falta de ortografía muy común.

Daeddalus dijo...

Parece diferente...

David Suárez Suarón dijo...

O el bostezar

Anónimo dijo...

...zzzzzzz...