TUA Y YO. Artículo publicado por mí en La voz de Asturias el Viernes 16 de Noviembre del 2001

Viajar en la línea 2 de TUA a la hora punta puede resultar un auténtico calvario. Sólo si vives cerca de Lugones quizá encuentres un sitio para sentarte y hacer el trayecto más llevadero e incluso que te acompañe el amor de tu vida. Como propugnaba aquel anuncio de desodorante nunca se sabe dónde vas a encontrarlo. Por cierto, vale más ir perfumado, pues a medida que avanzan las paradas los olores humanos se hacen más presentes.
A la altura de Bermúdez de Castro ya no hay solución, te espera un trayecto de pie, lleno de contorsiones agarrándote como puedas y surfeando para no caer al mar del suelo(¡ojo con los brazos!, muchos de esos olores que se nos ponen y no sabemos muy bien de donde vienen tienen su origen en un mal viaje de autobús).
Luego viene la desesperación ante el escaso avance y el engorro de no saber muy bien lo que hacer con la mirada: ponerla en la cara de aquella, en la espalda de aquel, en el bastón de....¡Menos mal, la tele también está llegando a estos servicios públicos!
Y otra de las cosas inevitables son los móviles, siempre te toca escuchar alguna conversación personal:
-Sí mamá, está donde el sujetador negro de tirantes...
-Oye ya te dije que no quiero volver a verte...
-¡No hombre, como lo de Gescartera no!, esto es más seguro....
Afortunadamente en la Residencia la cosa empieza a despejarse un poco, ya puedes descansar en algún asiento bien calentito. Tanto aquí como en el hospital alguien nervioso por no quedar atrapado suele preguntarte para confirmar su parada.
Y el bus al fin libre de carga avanza, ávido de dar media vuelta, hacia su ocaso en las facultades(Amenazadas con la LOU).
Pero bueno, por sólo 75 céntimos no hay motivo para quejarse y así evitamos saturar la ciudad de coches. Lo ideal sería madrugar e ir andando o en bicicleta. ¡Lástima que Oviedo sea tan cuesto y llueva tanto!