Literatura a dedo. Diego Medrano

Reproduzco aquí el artículo publicado hoy en El comercio por el genial Diego Medrano que resalta un hecho más que evidente de la que intentan colarnos como cultura. Bajo esta careta se esconden ambiciosos personajes y lameculos que tienen montado un tinglado al que llaman literatura para repartirse ellos el pastel de las las subvenciones, gran motor de ingresos de ese negocio, lamentable.
Menos mal que hay mucho donde elegir. Bastante tenemos la gente normal con nuestra vida para encima arrastrarnos a leer y comprar esa literatura manchada de subvención y especulación.

"Presuntamente, las subvenciones literarias de este año se han dado a dedo. Presuntamente, Marta Magadán y Aurelio González Ovies -encargados de esta función, con total libertad de la Directora de Cultura, de la Consejera de la Cosa- le han dado la subvención a sus amiguitos y, presuntamente, han dejado fuera del saco a quienes han querido.

Marta es editora (Septem) y Aurelio, según explicaba alguno dando hostias encima de la mesa en Pravia, se ha decidido a dar el salto a editor o director editorial camuflado.
Jesús Palacios -investigador, contertulio de 'Crónicas Marcianas', gore, siempre gore y cordial- nos explicaba que eso es imposible: que no puede estar ningún editor en el reparto de un pastel que a él mismo le afecta; que en el cine pasa igual, y en las ayudas o becas cinematográficas, no pueden estar productores ni tan siquiera distribuidores.

La Asociación de Escritores del Principado está que trina: otros años había siempre un representantes de esta organización (más que nada para que estas becas no se las chupasen bomberos, ventrílocuos, amaestradores de canarios o por ahí) pero este año la cosa ha cambiado, y esta pareja, los nombrados anteriormente, han repartido las cartas en rigurosa partida de tute.
Yo pedí la subvención de rigor, ante la insistencia de varios ángeles custodios, y me viene la cartita con currículum insuficiente, naturalmente no he corrido la suerte de otros.
En fin; ¿sorpresa, drama, extrañeza? Ninguna, nada: llevamos siglos funcionando así, derecho de pernada y todo eso tan oficial. Lo más curioso de estas subvenciones es que luego, me cuentan, da igual que publiques el libro o no para el que te la han dado, el cheque no te lo quita ni Dios y luego el texto, pues eso, ha quedado en un proyecto, más o menos como lo mío con Sara Montiel. Deprimente. Depresivo. Obsceno. Menos mal que todo esto iba acompañado de coñas sin tregua, buenos caldos y un paripé general que a todos nos salía la subvención por el mejor y satírico de los orificios. "
Diego Medrano. "Martes sin pájaros". "El comercio"