Javier Neira que pululas montado en tu águila imperial sobre nuestras cabezas y toreas al pueblo de España cara al sol de Castilla. Déjanos respirar un poco ¡Por favor! Afloja las correas de la Santa Inquisición que la gente no soporta más tu yugo.No sigas urdiendo caducas conspiraciones ni levantando todas las mañanas las católicas tapas de la Enciclopedia Álvarez porque también existe el perfume y el amor.
Mira, mira estas mañanas soleadas de otoño, relája tu ardiente látigo y disfruta que también perecerás y el mundo seguirá sin ti ciego y libre. Descubre el amor, tu corazón es rojo, antes de que San Pedro te llame a su diestra y Dios escuche tus consejos y el cielo caiga sobre nuestras cabezas como en "la noche de los cristales rotos".
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