Malos
humores es un libro de relatos con diversos tintes de humor pero también
impregnado con la tragedia y la
decepción cotidianas. Siguiendo la estela de escritores como Bukowsky,
Carver, Tom Sharpe, Jim Thompson…se suceden historias al límite, grotescas,
trasladadas a Oviedo, a sus calles y rincones o a un barrio cualquiera de una
ciudad asturiana y con personajes que bien podrían pertenecer al pintor Álvarez
Cabrero.
Y es
que el libro es también un homenaje a Cabrero, a sus cuadros y sus películas. Los
relatos son muy cinematográficos, escritos como si de una cámara se tratase, con
técnicas de la novela negra, frases cortas y diálogos llenos de fuerza que a
veces se convierten en “grouchomarxistas”.
Es
además una reivindicación de la literatura de fanzine, la escrita al margen de
estamentos y corsés impuestos. Una actividad fanzinerosa, de bares y recitales
que el autor empezó en los años 90 con la asociación cultural juvenil “El globo
rojo” y su publicación alternativa “La voz del mono” y que continuó hasta hoy,
ya con el fanzine “Letra y puñal” o las Timbas Poétikas así como la Editorial
45RPM o esta propuesta alternativa que
es la Colección Turbulencias.
El
libro va a saltando por diferentes épocas: los 80 con sus quinquis y colegios
tardofranquistas, aquellos locos 90 para el autor de borracheras, universidad y partidos de
fútbol, la década del 2000 y la actual golpeada por la estafa de la crisis
económica.
La
filosofía de los poemas de Suarón sigue presente en su primer libro de relatos
y viene para quedarse, aun cuando se generen turbulencias.
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