AMALGAMA
Mi cuarto tiene fiebre algunas noches;
en ellas, el colchón cambia sus plumas
por gotas asustadas de mercurio,
y el edredón tirita como un pájaro,
y todo huele a azufre, y un insomnio
(inmenso insomnio) agita el aire.
En esas ocasiones, solamente
si te acuestas conmigo,
si apoyas la cabeza
llena de incertidumbres a mi lado,
es posible que las cosas se calmen:
eres un orfidal bajo mi lengua.
Pero si tú no estás, si duermes fuera,
más allá de esta puerta, en otra cama,
la fiebre me golpea con sus décimas,
esta fiebre, la fiebre que me arrastra,
y en mis ojos abiertos cabe
todo el dolor del mundo.
Julio Rodríguez. "Doméstica"(Ed.DVD).2010.
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