Vale; ésta me ha pillado. Con gesto risueño me clava los ojos y deja que le haga la foto de su carita de fresa. Mientras tanto estará hablando con su último ligue. No es extraño, parece la perfecta vecinita de al lado. Y es que a veces una instantánea no termina de resumir ese tipo de sonrisas heladoras que lo dejan clavado a uno. Como un puñetero témpano de hielo, podrías quedarte soñando con esa imagen. El tiempo parece haberse detenido y tengo que pellizcarme para despertar de este letargo en que me ha sumido este ángel que tranquilamente sigue sonriéndome cada vez con más descaro. No puedo más, salgo corriendo del bar. Estoy demasiado habituado a enamorarme por pensamiento automático. Tengo que llamar a Lady Telephone;ya tengo protagonista para mi próxima novela.
Santiago Bertault.
Lecturas de W.C(Ed.45 RPM)
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