“Donde hubo libertad para acudir a trabajar no hubo huelga”, así de cínico se mostró Díaz Ferrán. Sabemos de sobra cual esa libertad. Coacción y amenazas sobre los trabajadores-as para que no hagan huelga a expensas de quedar marcados para siempre o sufrir consecuencias directas. Una amiga me comentó el otro día que no la hacía porque sabía que al poco la despedirían. Y así muchos ejemplos de la insaciable clase empresarial que quiere más y más recortes hasta llegar a su utopía: el esclavismo.
La huelga y la protesta son necesarias. Es la herramienta que hay que articular frente a la dictadura internacional del mercado financiero y la pasividad del gobierno para hacerla frente. Pero los sindicatos, principalmente los mayoritarios, deben también reflexionar. Darse cuenta que su discurso y su proceder pueden quedar obsoletos en este complejo entorno. No llegan a una gran cantidad de trabajadores que necesitan protección. Much@s explotad@s de este siglo visten a la moda, tienen coches chulos y tratan de imitar a Cristiano Ronaldo. Ya no llevan un ejemplar de “El capital” bajo el brazo.
No saben que “la ideología dominante es la de la clase dirigente”. El opio del pueblo hoy en día es hacer creer que el asalariado también pertenece a la clase dirigente y comparte su misma escala de valores y su misma suerte.
David Suárez, Suarón.
4 comentarios:
Una revolución violenta es lo que hace falta. Y dejarse de mamoneos...
Por cierto, Alomodóvar hizo huelga...
;-)
Almodóvar, quería decir, el genial cineasta manchego...
Rectificar es de sabios jejej.Las revoluciones violentas son las más eficientes pero es la misma historia de siempre :-)
Obviamente a Almodóvar no le descuentan el dia.
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