Independientemente de si el señor Caunedo gastó el dinero en putas y varios o no, si lo hizo conforme a la legalidad o no, lo importante es que la gente nos damos cuenta del derroche desmesurado que tenía el Ayuntamiento de Oviedo y sus empresas afines.
Un gasto que aunque lo logren justificar mediante facturas no se justificaría nunca conforme a los principios de buena gestión púlica recogios en la CE y en las leyes.
El artículo 103 de la Constitución establece que la Administración Pública sirve con objetividad a los intereses generales,
y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía,
descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento
pleno a la ley y al Derecho.
El artículo 3 de la Ley 30/92 de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y procedimiento Administrativo común, recoge
que la Administración sirve con objetividad a los principios de
eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración, coordinación,
sometimiento pleno a la CE, ley y derecho, el deber y respeto en su
actuación a los principios de buena fe y confianza legitima.
Se rige por el principio de cooperación,
colaboración, actuar con criterios de eficiencia, y servicio al
ciudadano. En relación con los ciudadanos actúa con criterio de
principio de transparencia y participación.
Se gastó el dinero...a cauneadas!!!
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